Baal

Baal (semítico cananeo: Baʕal [baʕal], señor )? era una divinidad (probablemente el Sol) de varios pueblos mesopotámicos y de Asia Menor y su influencia: fenicios (asociado a Melkart), cartagineses, caldeos, babilonios, sidonios y filisteos. Su significado se aproxima al de "amo" o Señor de las nubes. Baal era el “hijo” del dios El. Se lo consideraba dios de la lluvia y la guerra y también era asociado al Sol. Se creía que podía montar las nubes del cielo, y el aire y el viento eran sus hijas.

En la Biblia Baal (בעל Ba‘al) es uno de los «falsos dioses», al cual los hebreos rindieron culto en algunas ocasiones cuando se alejaron de su adoración al dios Yahveh.
Contenido
1 Adoración a Baal
2 Culto a los Baales entre los israelitas
3 Dios protector
4 Nombres teóforos
5 Baal en la cultura popular
6 Véase también
7 Enlaces externos

Adoración a Baal

Poco se sabía de la adoración a Baal, aparte de las muchas referencias de las Escrituras, hasta que las excavaciones de Ugarit (la moderna Ras Shamra, situada en la costa de Siria, frente al extremo nordeste de la isla de Chipre) sacaron a la luz muchos objetos religiosos y cientos de tablillas de arcilla. Se cree que muchos de esos documentos antiguos, conocidos ahora como los textos de Ras Shamra, son las liturgias o las palabras de aquellos que participaban en los rituales de las fiestas religiosas.

En los textos de Ras Shamra se alude a Baal (llamado también Aliyán [Prevaleciente] Baal) como “Zebul (Príncipe), Señor de la Tierra” y “el Jinete de las Nubes”. Estos nombres armonizan con una representación de Baal en la que se le muestra sosteniendo en la mano derecha un garrote o maza y en la mano izquierda un relámpago que acaba en una punta de lanza. También se le representa llevando un yelmo con cuernos, lo que parece indicar una estrecha relación con el toro joven (becerro).

Baal era el “hijo” del dios El. Este culto es de origen babilónico o mesopotámico. En los hallazgos arqueológicos el dios El siempre es encontrado al frente de las demás deidades, y está considerado como el más antiguo de los dioses. En todo el Levante mediterráneo y la mitología cananea era la deidad principal, era llamado «padre de todos los dioses» siendo el dios supremo, creador de todas las cosas, padre de la raza humana y de todas las criaturas. Aparte de ser llamado «el creador», también era llamado «el bondadoso». Por lo general, El se representa como un toro, con o sin alas. También lo llamaban Eloáh, Eláh) y su esposa principal era Asera (Astoret, Athirat ó Ishtar). A su vez Baal era representado como un joven guerrero, pero también como un “toro joven” (becerro). [En Ugarit el templo de El-Il-Dagan y Baal estaban juntos].

Ese culto mesopotámico fue introducido en Egipto aparentemente por los hicsos (pueblos de origen semita que reinaron algunos siglos en el delta del Nilo).

En Palestina no suele llover desde finales de abril hasta septiembre. Las lluvias comienzan en octubre y continúan durante todo el invierno hasta abril, gracias a lo cual crece una abundante vegetación. Se creía que los cambios de estación y los efectos subsiguientes eran ciclos producidos por los interminables conflictos entre los dioses. El que cesasen las lluvias y se marchitase la vegetación se atribuía al triunfo del dios Mot (dios de la muerte y la aridez) sobre Baal (dios de la lluvia y la fertilidad), lo que obligaba a este último a retirarse a las profundidades de la tierra. Por otro lado, se pensaba que el comienzo de la estación lluviosa indicaba que Baal había despertado a la vida, lo que era posible gracias al triunfo de Anat, su hermana, sobre Mot, permitiendo que su hermano Baal volviese al trono.

Culto a los Baales entre los israelitas

En Canaán, cada localidad tenía su propio Baal, al que se solía calificar mediante un nombre geográfico. Por ejemplo, el Baal de Peor (Baal-peor), adorado por moabitas y madianitas, tomó su nombre del monte Peor. (Núm 25:1-3, 6.) Más tarde, los nombres de esos baales locales llegaron a incorporarse, por metonimia, a los mismos nombres geográficos, como por ejemplo: Baal-hermón, Baal-hazor, Baal-zefón y Bamot-baal. Sin embargo, a pesar de la diversidad de baales, para el cananeo en realidad solo existía un dios Baal.

Es importante tener en cuenta que Cananeo (término #3667 del Diccionario Hebreo Strong's) significa "mercader", "traficante". Y en general, se rendía culto a estos dioses El, Baal, Astoret… para que les ayudaran a obtener riquezas materiales. El problema era los métodos que usaban para obtenerlas: la mentira, el engaño, (aprovechándose de los más débiles), es decir, la opresión:
“Canaán tiene en su mano balanzas engañosas, es amigo de hacer fraude” (Oseas 12:8-9)

Pero esos pueblos progresaban, y agradecían a sus dioses (los baales) por las riquezas que habían conseguido. Según ellos, el Creador (el dios El) era “el bondadoso” y permitía o aceptaba esa sistema opresor y corrupto.

Bajo esa forma de vida los hebreos habían vivido en Egipto. Pero a través de Moisés, el verdadero Dios Yahvé (Jehová) les aclara que esos dioses no eran verdaderos, y que debían seguir una vida distinta, basada en la justicia, la rectitud, la verdad y sobre todo la compasión con los más débiles (Gén 18:19; Salm 72:2-16). Si ellos practicaban esa vida justa y recta, todo el pueblo viviría feliz y bajo su protección divina (1ª Re 4:20; 5:4; Sal 147:14).

Pero no era sencillo para los hebreos abandonar la forma de vida que durante siglos habían adquirido en Egipto, más aún cuando ambas divinidades (la falsa el dios El) y la verdadera (Yahvé o Jehová) aparecían como “bondadosos”. Por eso durante el éxodo, ante la primera dificultad abandonaban al dios Yahvé (el cual les pedía una vida de hermandad, no amar las riquezas materiales, ayudar al prójimo, etc.) y volvían a los Baales, que les permitían un futuro de placeres y riquezas si seguían el “modo de vida cananeo”. Tal confusión (becerro con Jehová) puede notarse en varios pasajes bíblicos:
"...hizo de ello un becerro de fundición. Entonces ellos dijeron: ¡Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto! Cuando Aarón vio esto, edificó un altar delante del becerro y proclamó: ¡Mañana será un día de fiesta dedicado a Jehová"! (Éxodo 32:4-5)

Una vez en la tierra prometida (Canaán), los israelitas fueron afianzando su culto a Yahvé hasta que pudieron consolidarlo en la época del rey David (Siglo XI a.C). Posteriormente -durante el reinado de su hijo Salomón- ese pueblo elegido conseguía vivir bajo la Ley del verdadero Dios. La paz se había afianzado y los habitantes vivían en un clima de prosperidad. Algunos reinos vecinos estaban asombrados del modo de vida israelí (1ª Re 4:34).

Pero tiempo después -luego de haber vivido esa esplendorosa etapa- la mayor parte de las tribus volvieron al culto al becerro (dios El de los cananeos). La Biblia refleja ese episodio en términos muy similares a los anteriores:
"...hizo el rey [Roboam] dos becerros de oro y dijo al pueblo: «Ya habéis subido bastante a Jerusalén. Aquí están tus dioses, Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto»" (1º Reyes 12:28)

Estaban no solo practicando, sino haciendo oficial una forma de religión sincretista. Un culto Jehová-Baal híbrido en el que la gente creía que la forma de vida egoísta, interesada y corrupta de los cananeos era aceptada por Dios.
“Efraín decía: Ciertamente me he enriquecido, mis riquezas me pertenecen; en todos mis trabajos no hallarán en mí iniquidad alguna que sea pecado” (Oseas 12:8)
Al describir el derrotero pecaminoso del reino de Israel, el registro de las Escrituras dice: “Siguieron dejando todos los mandamientos de Yahveh) [...], y empezaron a inclinarse ante todo el ejército de los cielos y a servir a Baal”. (2 Re 17:16)

Mantenerse en el culto a Yahvé, en medio del 'tentador' culto a dioses materiales' de las naciones vecinas era un gran desafío para los hebreos. [Notar que lo que más se reprocha a las tribus que volvieron al "dios becerro" es su comercio engañoso y la opresión a los más débiles (Isaías 10:2; Jeremías 5:27; Amós 6:8; 8:4-7; Miqueas 3:11)].
Así ocurrió con varios de los reyes hebreos denominados “buenos” (1ª Reyes 22:41-43; 2ª Reyes 12:1-3; 14:1-4; 15:1-4; 15:32-35). Quedaban envueltos en una forma muy severa de sincretismo religioso en el que los antiguos cultos y forma de vida cananeas estaban siendo fundidos con la adoración a Yahvé. [Referencia: La adoración a Baal, antigua y moderna –Stephen C. Perks]

Por eso el verdadero Dios advertía: ¿He de soportar yo una medida falsa... las balanzas de la maldad y la bolsa de pesas de fraude? dice Yahvé (Miqueas 6:9-11)
Dice Yahvé: estoy contra los que oprimen al jornalero, a la viuda y al huérfano… (Malaq 3:5) No mentiréis ni os defraudéis unos a otros (Levítico 19:21)
Has de tener un peso cabal y exacto, e igualmente una medida cabal y exacta… Porque cometer fraude es abominación para Yahvé (Deut. 25:15-16)
Tened balanza justa, peso justo, medida justa. Yo soy Yahvé (Lev. 19:35)
Abominación de Yahvé la balanza falsa (Proverbios 11:1; 20:23)
Si prestas dinero a uno de mi pueblo, al pobre que habita contigo, no serás con él un usurero; no le exigiréis interés (Éxodo 22:24)
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy Yahvé (Lev. 19:18)

Dios protector

Baal, dios de la Tempestad y de la Lluvia. Los fenicios se encomendaban a él cada vez que se hacian a la mar.

Nombres teóforos

Baal (también con grafía Beel, Bel, etc.) entra a formar parte de numerosos nombres compuestos:
Hanibaal > Aníbalq
Bael
Baltasar
Beltis < Baaltis
Baal Zvuv o Belzebuth (ver Belcebú)
Bel-Marduk

http://es.wikipedia.org/


baal según el diccionario infernal... Gran duque que domina una muy vasta extensión de los infiernos. Algunos demonomaniacos le designan como a general en jefe de los ejércitos infernales, fue adorado de los caldeos, babilonios, y sidonianos y aun algunas veces de los israelitas. Léese en Arnobio que sus adoradores no le dan sexo determinado. los mahometanos cuentan, que habiendo Abraham conocido al verdadero Dios, escogió el momento en que su padre estaba ausente para destrozar todos los ídolos, excepto el de Baal de cuyo cuello colgó la hacha con que había hecho el destrozo. Al regresar su padre le dijo que los ídolos habían reñido por la posesión de una ofrenda de trigo; y que como Baal era el mas grueso, había exterminado a los demás. Este era el motivo, añaden algunos doctores, porque Nembrot quiso quemar a Abraham. 

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